Diferencias entre procesados y alimentos naturales: ¿mismas calorías, mismo aporte energético?

Hoy traemos un post bastante interesante y que puede ayudarte mucho a valorar si realmente la cesta de tu compra se compone de alimentos naturales o procesados.

Desde que la industria alimentaria ha introducido una gran tecnología en sus fábricas, cada día vemos nuevos productos en el mercado, y la realidad es que muchos de ellos los hemos normalizado en nuestra dieta.

¿Pero qué diferencia hay realmente entre un producto natural, un procesado y un ultra procesado?

En primer lugar, saber que la OMS (organización mundial de la salud) define como alimento natural todo aquello que no le ha sido añadido azúcar, grasas, sal, o que no han pasado ningún tratamiento industrial. Por ejemplo: carne, pescado, huevos, legumbres, verduras, hortalizas…

Por otro lado, tenemos alimentos procesados que han sido tratados por la industria mediante procesos como fermentación, pasteurización, conservación, limpieza o congelación. Que hayan pasado estos procesos no significa que sean procesados de mala calidad. De hecho, en este grupo podemos encontrar productos muy recomendados a día de hoy para usar en nuestra dieta. Por ejemplo: harinas de legumbres (100%), yogures (sin azúcares añadidos), frutas naturales congeladas, quesos sin nada añadido…

Con respecto a la definición de ultra procesado, es todo aquel producto obtenido usando alimentos procesados mediante técnicas de cocción bastante mejorables (frituras, ingredientes añadidos como glutamato, sal, grasas vegetales, mantecas…). De esta manera, la calidad nutricional del producto empeora considerablemente. Un ejemplo es: hamburguesas muy procesadas con bajo porcentaje cárnico, patatas fritas sabor jamón, salsas, bollería industrial, postres, gelatinas edulcoradas…

Como hemos comentado al principio del post, la industria ha jugado mucho con todos los productos que vemos en las estanterías de los supermercados, llenándolos de etiquetas atractivas para que acabes comprando un producto sin realmente saber si se trata de una buena elección.

Siempre hay que mirar la lista de ingredientes y así saber si se le ha sido añadido algún ingrediente que empeore su calidad nutricional. Recuerda que los ingredientes están ordenados de mayor a menor cantidad según haya en su contenido. También sirve analizar la tabla de valor nutricional para poder comparar los macronutrientes que nos aporta. En el caso del yogur, no es lo mismo un yogur con ingredientes como fermentos lácticos, leche en polvo frente a un yogur con ingredientes como conservantes, mermeladas, edulcorantes y azúcares añadidos. Ambos han pasado el mismo tratamiento en fábrica, pero no tienen la misma calidad nutricional, por lo que no son el mismo tipo de procesado. Esto es lo que más nos interesa saber a la hora de ir a la compra y evitar que nos engañen.

Que en tu dieta haya un 15-20% de alimentos ultra procesados no es preocupante. Siempre y cuando priorices alimentos naturales, junto a una vida activa, puedes permitirte comer ultraprocesados. Si los quieres evitar a toda costa estará bien tu decisión, pero tampoco es bueno demonizar la comida, ni pensar que por comerlo un día vamos a echar a perder todo lo logrado hasta ahora. Hay que entender el contexto en el que lo consumimos y ser conscientes de nuestras elecciones en cada momento.

En cuanto a la densidad nutricional de los alimentos naturales frente a los procesados, cabe destacar que hay algunos casos donde su valor nutricional se modifica. Por ejemplo, no es lo mismo añadir a nuestro porridge 5-6 anacardos naturales que una cucharada sopera de crema de anacardo. En el caso de la cucharada, nos encontramos con más kcal ya que se ha necesitado de más cantidad de anacardos para poder conseguir que se haga una crema, por lo que su densidad nutricional es mayor, pero la calidad es la misma.

En periodos de pérdida de grasa, o donde controlamos más las calorías ingeridas por un motivo de Salud, debemos prestar gran atención a los snacks y refrescos de poco volumen, ya que son ingeriros muy rápidamente y no nos aportan saciedad. Esto normalmente sucede con productos ultraprocesados como los anteriormente citados.

 A modo resumen, siempre recomendamos que en primer lugar se tenga en cuenta la calidad del alimento frente a las kcal que nos aporte. Y priorizar alimentos reales de buena calidad para tener una alimentación lo más completa y variada posible, además de evitar a largo plazo la aparición de ciertas patologías digestivas o metabólicas, como puede ser la obesidad o la diabetes mellitus tipo II.

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